Menos horas frente a la televisión
La publicidad televisiva ha sido la estrategia más usada para conseguir llegar a un target de manera masiva. No obstante, según indica Nielsen, esta estrategia no funciona con la generación millennial.
Los jóvenes Millennial son de todo, menos tradicionales. Considerada como la primera generación de "nativos digitales", nacidos aproximadamente entre 1980 y 2000, son un grupo de jóvenes muy codiciado por las marcas, ya que han alcanzado una etapa de sus vidas en la que cuentan con dinero para gastar, junto con unos gustos muy especiales. De esta manera, la generación millennial se considera un grupo muy comprometido, que utiliza la tecnología durante todo el día, dondequiera que vaya.
No debería ser un problema para las marcas y los anunciantes el poder acceder a ellos. Sin embargo, para ello deberán olvidarse de las estrategias más tradicionales. Y es que, tal y como como podemos observar gracias a los datos elaborados por la consultora Nielsen, estos jóvenes tienen hábitos de consumo de medios muy diferentes a las generaciones anteriores, y son una anomalía para los anunciantes desesperados por llegar a ellos.
La televisión pierde relevancia
Durante muchas décadas, la publicidad televisiva ha sido la estrategia más usada para conseguir llegar a un target de manera masiva. La publicidad que se ha basado en el canal televisivo ha sido capaz de llegar a grandes nichos de población. No obstante, esta estrategia, según indica la consultora, no funciona con la generación millennial. Según datos de Nielsen, los adultos de Estados Unidos entre la edad de 18 y 34 años que han sido encuestados ven menos televisión que los de 35 años o más. De hecho, en promedio, los millennials miran 19 horas y 18 minutos de televisión por semana, comparado con las 34 horas y 32 minutos que destinan el resto de consumidores.
Dependencia del smartphone
A medida que los millennial se alejan lentamente de los medios tradicionales, se vuelven más dependientes de sus teléfonos móviles y parece ser que son más difíciles de alcanzar. En este sentido, los anunciantes se ven obligados a trabajar estrategias de publicidad en aplicaciones móviles como Instagram, Snapchat y Facebook. Y aunque sea este un territorio totalmente nuevo para muchos de ellos, parece ser que ya no hay marcha atrás.