Los consumidores cada vez confían menos en las empresas
Uno de los motivos de esta falta de confianza es la utilización de los datos de los ciudadanos con fines comerciales por parte de las grandes empresas.
El ciudadano está acostumbrado a tener todas las ventajas en el terreno de las tecnologías: rapidez de la información, comunicarse a todas horas, el poder de expresar todas sus opiniones en la red… Esto les hace más fuertes y, a la vez, más críticos ante la sociedad. Sin embargo, todo esto tiene un precio: sus datos, los cuales muchas veces son utilizados por las empresas tecnológicas con el objetivo de crear potentes campañas de marketing.
Este puede ser uno de los motivos por los que, según un estudio elaborado en California, los ciudadanos ya no confían tanto en las empresas como lo hacían hace unos años. En esta línea, la empresa mundial de marketing Edelman determinó que los consumidores americanos están perdiendo la confianza en las empresas ya que consideran que éstas no los tienen entre sus grandes prioridades.
Enamorados de la tecnología pero críticos ante las compañías
El 89% de los encuestados opinan que las empresas deberían tener represalias por haber vulnerado la protección de datos de los usuarios
Según el mismo informe, para más de dos tercios de los residentes californianos, la tecnología es un factor favorable. Sin embargo, estos no se sienten tan cercanos a las compañías que hay detrás de ellas. Creen que están demasiado poco reguladas y que deberían ser penalizadas por sus errores. En concreto, el 79% de los californianos cree que las compañías tecnológicas tienen la obligación de denunciar las políticas que pueden perjudicar a sus empleados o clientes y el 66% dice que la industria tecnológica es reactiva, en lugar de proactiva, y las compañías no toman la iniciativa.
¿Qué cambiarían los ciudadanos al respecto?
La encuesta indica que el 89% de los encuestados opinan que las empresas deberían tener represalias por haber vulnerado la protección de datos de los usuarios. También les gustaría que el gobierno debería ser más exigente con las compañías por mudar su fabricación al extranjero (82%) o por reemplazar a sus trabajadores con máquinas (66%). Asimismo, un 66% de los participantes en el estudio indicó que quiere reducir el número de trabajadores calificados traídos del extranjero
