La fabricante de productos de puericultura
Dorel, multinacional con sede en
Montreal, vende sus artículos en unos 70 países,
comercializando marcas como Quinny, Maxi-Cosi, Safety 1st, Baby
Relax y Bébé Confort. Juan José Comas dirige
la filial española de una compañía que
cerró 2010 con cifras récord: una facturación
de 2.300 millones de dólares y unos beneficios que crecieron
un 4,2%.
Dorel es una marca que está presente en todo el mundo:
a nivel global, ¿la puericultura resulta homogénea o
hay diferencias culturales y por países?
Existen grandes diferencias por países. Como ejemplo,
en el sur de Europa es mayoritario el uso de cucos de seguridad
Grupo 0, mientras que en otros países se prefiere el
portabebé Grupo 0+. Por otra parte, existen tendencias que
homogenizan; aquí podemos citar la utilización de los
sistemas de retención infantil con sistema Isofix.
¿Cuáles son las prioridades de su empresa a
la hora de diseñar y fabricar sus productos (seguridad,
diseño, ecología...)?
Dorel piensa que el futuro de la compañía, de
la población y del planeta está vinculado a su
capacidad de desarrollar un crecimiento económico
sostenible.
El grupo Dorel plenamente entregado al bienestar de los
recién nacidos y niños, se siente responsable
del impacto ecológico y ético de su actividad
comercial. Desea ser parte activa del mundo sostenible de las
futuras generaciones; asimismo aspira a proteger el medio ambiente
y contribuir a la mejora social.
Dadas sus características, el sector de la
puericultura ha sido uno de los menos castigados por la crisis, al
menos en comparación con otros negocios. ¿Cómo
se ha enfrentado Dorel a esta situación
económica?
Entendemos que la forma de afrontar una situación tan
difícil como la que estamos atravesando, es adaptarse tanto
a nivel de productos y precios como de costes, concentrando las
inversiones en aquellos aspectos que aportan valor.
¿Cómo cree que puede evolucionar el sector en
los próximos años?
Existen grandes incógnitas sobre la evolución
del sector, unas a nivel nacional y otras más globales.
Entre las primeras destaca el cambio en la mentalidad de compra del
consumidor que tiende a privilegiar la relación
calidad/precio. También existe una sobreoferta, en especial
en coches, que deberá normalizarse en un futuro
próximo; de hecho, hay claros síntomas de que ya se
está produciendo. Internet es un fenómeno global que
está incidiendo tanto en los hábitos del consumidor
como en los de la comercialización de fabricantes y
distribuidores que culminará cuando la llamada
“Generación Y” llegue a la edad de tener
hijos.